Los errores más comunes en el cálculo estructural y cómo evitarlos

El cálculo estructural es una de las fases más críticas en cualquier proyecto arquitectónico o de ingeniería. No se trata solo de garantizar que un edificio se mantenga en pie: se trata de prever su comportamiento ante cargas reales, su durabilidad, eficiencia y capacidad de adaptación a distintos usos o normativas. Y sin embargo, pese a su importancia, sigue siendo un terreno en el que se cometen errores. Algunos, por prisa. Otros, por costumbre. Y otros, simplemente, por no hacer las preguntas adecuadas desde el principio.

Este artículo tiene un propósito muy claro: poner nombre a esos errores frecuentes, explicarlos con claridad y, sobre todo, mostrar cómo se pueden evitar desde la práctica técnica diaria.

Falta de datos geotécnicos fiables

Uno de los errores más graves y, sorprendentemente, más comunes es trabajar sin un estudio geotécnico detallado. El terreno no es solo el punto de apoyo: es un elemento vivo, con comportamiento propio, que afecta directamente a la estabilidad estructural./

¿Cómo evitarlo?

  • Incluir siempre un estudio geotécnico profesional desde la fase de anteproyecto.
  • Analizar no solo la capacidad portante, sino también la expansividad del suelo, el nivel freático, los empujes y el riesgo sísmico si procede.

Contar con esta información no solo previene fallos estructurales: permite optimizar el diseño y evitar sobredimensionamientos innecesarios.

Uso de cargas mal definidas o inadecuadas

Subestimar o sobreestimar las cargas puede alterar por completo el diseño estructural. Las normativas establecen márgenes, pero la realidad de uso de cada edificio exige una lectura técnica cuidadosa.

Recomendaciones:

  • Aplicar los criterios del Código Técnico de la Edificación (CTE) y complementarlos con normativas locales.
  • Ajustar las sobrecargas de uso al destino real del edificio: no es lo mismo un gimnasio que una vivienda, ni una biblioteca que un local comercial.
  • Tener en cuenta cargas excepcionales: instalaciones industriales, tránsito de vehículos o acumulación de nieve, entre otras.

Este ajuste fino es lo que distingue un cálculo seguro de uno genérico.

Elección inadecuada del sistema estructural

No todas las soluciones estructurales valen para todos los proyectos. Un sistema que funciona en un entorno urbano puede ser inviable en zonas con alta sismicidad, o poco eficiente en entornos rurales.

Soluciones:

  • Estudiar distintas alternativas estructurales en fase de anteproyecto, valorando su comportamiento, coste y facilidad de ejecución.
  • Integrar el diseño estructural con la arquitectura desde el principio, y no como una capa añadida.
  • Pensar a largo plazo: mantenimiento, reparabilidad y adaptabilidad también importan.

Cálculos realizados sin considerar el comportamiento tridimensional

Las estructuras no se comportan como líneas ni como láminas planas: lo hacen en tres dimensiones. Sin embargo, aún hoy se ven proyectos en los que se modela solo una parte, obviando la interacción entre elementos o despreciando zonas críticas.

Buenas prácticas:

  • Utilizar modelado en 3D cuando la geometría o la complejidad lo exijan.
  • Verificar manualmente zonas de encuentro, cambios de sección, nudos y apoyos.
  • No delegar todo en el software: la interpretación técnica sigue siendo responsabilidad del proyectista.

Confianza excesiva en el software de cálculo

El software estructural es una herramienta, no una garantía. La automatización puede ahorrar tiempo, pero también propagar errores si las hipótesis de partida están mal planteadas.

Consejos:

  • Validar cada hipótesis: apoyos, cargas, vínculos, rigideces…
  • Comprobar los resultados con cálculos manuales de control.
  • Desconfiar de soluciones «perfectas» al primer intento: revisar, contrastar, preguntar.

Un software potente en manos inexpertas es más peligroso que una calculadora bien utilizada.

Coordinación deficiente con el equipo de arquitectura

Un cálculo impecable puede fracasar si no se ha coordinado con el proyecto arquitectónico. Es habitual que surjan problemas de paso de instalaciones, encuentros mal resueltos o exigencias incompatibles con el sistema elegido.

Recomendaciones:

  • Reuniones de coordinación desde el inicio del proyecto.
  • Intercambio continuo de planos, modelos y criterios técnicos.
  • Asegurar que todas las decisiones estructurales sean compatibles con la realidad constructiva.

La estructura no es un añadido. Es parte del proyecto. Y debe encajar en él desde la base.

Tabla resumen de errores y soluciones

Error frecuenteConsecuenciaSolución recomendada
Sin estudio geotécnicoCimentaciones inadecuadasSolicitar informe geotécnico profesional
Cargas mal definidasRiesgo estructural o sobredimensionamientoAplicar CTE y normativas locales
Sistema estructural mal elegidoIneficiencia o fallos funcionalesEstudio previo de alternativas estructurales
No considerar comportamiento tridimensionalPuntos críticos sin cubrirModelado 3D + revisión manual
Uso pasivo del softwareErrores de interpretaciónValidar con criterio y comprobación manual
Mala coordinación con arquitecturaConflictos en obraTrabajo conjunto desde fases iniciales

Más allá del cálculo: rigor, contexto y criterio

En OEARS Arquitectes, lo hemos comprobado a lo largo de cientos de expedientes: un buen cálculo estructural no empieza con el software, sino con la comprensión del contexto. No termina con una memoria firmada, sino con una obra que se ejecuta sin sorpresas, con soluciones claras y constructivamente viables.

Evitar errores estructurales no es solo cuestión de conocimientos técnicos: también lo es de método, de comunicación entre equipos, de revisar, de prever y de asumir que cada edificio tiene sus propias reglas. Y el papel del técnico está, precisamente, en descifrarlas.

¿Tienes entre manos un proyecto que requiere criterio estructural? Cuéntanoslo. Lo analizaremos como lo hacemos siempre: con rigor, perspectiva y soluciones que funcionan sobre el terreno.